sábado, 8 de junio de 2013

Reflexiones depresivas de autobús, canciones viejas y guerras mentales.

Hoy es viernes. Sí, otro viernes más. Todo el universo a mi alrededor se ha contagiado de esa energía positiva que nos suele invadir este ultimo día de la dura semana laboral. Pero yo, para mi sorpresa y para mi desgracia, no estoy igual. Yo de repente he vuelto, como si de una máquina de tiempo se tratara, a segundo de la ESO (¡Oh dios mío, que lejos queda eso!), cuando odiaba los viernes a más no poder por varios motivos personales. Los odiaba y hoy también los odio. Escucho canciones tristes mientras regreso en autobús a mi casa. Y a saber porqué... Hoy, brilla el sol y hace un tiempo estupendo para pasar la tarde vagabundeando con tus amigos por la calle, aunque yo preferiría que estuviera lloviendo. Hoy, es verano, pero yo tengo ansias de invierno.Y quien sabe porqué... Tal ve es que algo que he estado esperando desde hace mucho tiempo se está acercando, a demasiada velocidad, y siento vértigo. O a lo mejor es porque algo que me ha acompañado durante varios años de pronto va a terminar, y para siempre. O tal vez es porque hoy odio  todo el mundo, o porque todo el mundo me odia a mi. Qué se yo. Lo que es cierto es que hoy no es un día especial en mi calendario, y en medio de todas estas reflexiones depresivas de autobús, canciones viejas y guerras mentales, he llegado a una conclusión; y es que el tiempo me odia.

2 comentarios:

  1. Preciosa, no te deprimas. La vida es muy bonita como para dejarla ir en amarguras. DISFRUTA!
    Un beso :)

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  2. Yo sin embargo soy más de odiar los domingos...
    Mucho ánimo:)

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