Era una de aquellas noches en las que el viento soplaba con fuerza y la luna tan bella e inocente se encontraba escondida tras enormes nubes de un pesado color gris. Las calles estaban desiertas a pesar de que fuera verano. No había familias extranjeras con niños corriendo a unos metros por delante de ellos y gritando a saber que en su idioma, ni adolescentes en bicicleta, ni chicas en patines por el paseo marítimo y hasta los coches parecían haberse olvidado de aquella zona del pueblo. No se observaba gente sentada en los porches de sus casas con un juego de mesa y un plato de sandia o melón, ni a ancianos fumándose su ultimo cigarrillo del día asomados por la ventana mientras observaban a alguna pareja joven y recordaban momentos de su propia juventud. Tampoco se escuchaban canciones alegres que llegaban desde algunos locales del centro, ni olores a barbacoa en la zona de chalets y menos aun voces de jóvenes borrachos que pasaban todas las noches en el viejo parque del pueblo haciendo botellon. Daba la impresión de que un frió y oscuro día de invierno se había colado en ese agosto que iba llegando a su fin.Y que la alegría y felicidad propia de un verano hayan huido a un lugar lejano. Pero alguien si que estaba ahí, sentado en un sucio portal en el ultimo callejón del pueblo, derramando lagrimas formadas por mas dolor que agua.
Ohh que lindo :3 Un besazo ♥♥
ResponderEliminarme gusto mucho!!! Hermoso! :'D
ResponderEliminarBesos!!
Hermosa la entrada y me encantó todito tu blog! Te seguiré, un beso.
ResponderEliminarhttp://www.sweetcinderellaa.blogspot.com
Que entrada tan bonita! Escribes genial :)
ResponderEliminar