C'est la vie.

Hoy, la gente se ha acostumbrado a echarle la culpa de sus fracasos al destino. A decir que fue cosa del azar, de la suerte. Cada vez son menos los que se levantan por la mañana dispuestos a luchar por sus sueños, a hacer sus deseos realidad. Las personas viven su monótona vida cotidiana junto a la frase "Que sea lo que Dios quiera", y no se ponen a pensar que no es lo que Dios quiera, si no lo que TU quieras. Porque si algo deseas con todas tus fuerzas, y luchas hasta quedarte sin aliento, lo consigues. No hablo de ocasiones en la que alguien esta al borde de la muerte, porque ahí, para que se cumpla lo que tu quieras, tendría que pasar un milagro; sino que me refiero a sueños, deseos, ilusiones, fantasías... Para mi, personalmente, el destino es una serie de oportunidades que te da la vida o Dios, y tu, al aprovecharlas o no, vas trazando tu propio camino. Hay gente ciega que no ve esas oportunidades que se les presentan delante suya y no corren a agarrarlas, esas personas son las que viven un día a día aburrido y no aspiran a nada en la vida. Y hay otra, que aprovechan esas oportunidades al cien por cien. Pueden fracasar, pero ahí es donde se levantan con nuevas fuerzas y siguen adelante buscando una nueva oportunidad.