martes, 26 de junio de 2012

Hasta aqui llegamos, este es el final.

De muy cercanas a tan distantes. Distintas, mejor dicho. Es increíble lo mucho que pueden cambiar dos personas en tan poco tiempo.  ¿Te acuerdas de mí? ¿Te acuerdas de todo lo que pasamos juntas? ¿Recuerdas esas veces que decíamos “Nunca te olvidare” o “Eres mi mejor amiga”? Ridículo eh!? 
Cierto es que hemos cambiado, o madurado. Cada una ha cogido un camino diferente. Es como dos personas que se han hecho incompatibles, diferentes. Aquí es donde pega perfectamente la frase “No te echo de menos a ti, si no que a la persona que creía que eras” Aunque yo quitaría el “creía” y cambiaria el “eras” por “éramos”.  Por mi que “No te echo de menos a ti, si no que a las personas que éramos” queda mejor.  
La verdad que puede resultar una tontería que después de todo lo que dije sobre ti, este diciendo que te echo de menos. Pero no, no es eso, yo ni te echo de menos,  ni me arrepiento de lo que paso. Es diferente a eso. Es esa sensación que te entra cuando miras fotos antiguas, lees entradas y dedicatorias que nos hacíamos la una a la otra, conversaciones nuestras de antes, etc. De esa época cuando aun no nos odiábamos, cuando, por decirlo así, nos aceptábamos tal y como éramos, cuando lo importante era pasarlo bien y no ponernos verdes mutuamente. Lo que sí que echo de menos, es esa época. Sinceramente me gustaría volver ahí, como hace un año, no para siempre, solo para ver cuál fue el momento en el que todo cambio, para ver cuál fue el momento en el que pasamos de ser amigas a enemigas. 

Tampoco pretendo que nadie me entienda, porque cualquier otra persona que lea esto puede entenderlo como una forma de “arrepentimiento”. Y no es nada de eso. Supongo que las únicas que podríamos entenderlo somos tú y yo. Y es que es imposible olvidarse de algo que viviste con una persona de un día para otro, de serlo todo a no ser nada. 

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